La ACAL, madura, activa y vigente
Tras poco más de cuatro décadas de existencia, la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL) ha tomado nuevos aires para refrescar el objetivo con el que fue creada: unir la ciencia latinoamericana a través de sus investigadores, teniendo como norte su aplicación para el bien común y el desarrollo de la sociedad.
La ACAL surgió por iniciativa de un grupo de investigadores científicos de América Latina en la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, en Roma, en el año 1982, con sede permanente en la ciudad de Caracas, Venezuela.
Nació así con la misión de promover y contribuir al desarrollo de las ciencias matemáticas, físicas, químicas, de la vida y de la tierra y sus aplicaciones en beneficio del desarrollo y de la integración humana, cultural y social de América Latina y el Caribe. Desde entonces, la ACAL ha tenido momentos de gran actividad y también tiempos con poca actividad, coincidentes ambos con las situaciones vividas en los países latinoamericanos.
Hoy, con 380 miembros de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Paraguay, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela, todos ellos investigadores reconocidos nacional e internacionalmente, la ACAL se reinventa para adecuar sus objetivos iniciales a la nueva realidad tecnológica mundial, donde toma más vigencia que nunca el intercambio de conocimientos, de científicos y de soluciones entre los países del sur y del norte.
Por ello pone a disposición de esta gran comunidad su plataforma ACALconecta, una aplicación web, con resultados tangibles y usables: más de 218 mil profesionales ligados a las actividades científicas, provenientes de casi todos los países del continente, registrados en esta base de datos y potencialmente dispuestos a colaborar, participar,armar grupos y desarrollar sinergias latinoamericanas para el mundo.
La ACAL invita a sus académicos a incorporarse activamente en las actividades, armando redes de trabajo y aportando sus conocimientos y experiencias a los más jóvenes. Extiende la invitación a todos los profesionales de la ciencia para que con su ímpetu puedan trabajar superando los límites de sus países y formar grupos de investigación que trascienden más allá del continente.
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